Son ya muchos los meses en los que todos los ciudadanos observamos atónitos un desafío sin precedentes al Estado de Derecho, tantos como veces el Presidente del Gobierno ha dicho no a la celebración del referéndum. Es verdad que no se ha celebrado un referéndum, pero al final los independentistas han hecho exactamente lo que querían. El Gobierno se ha visto acorralado, la política del tiempo de Rajoy (tapar los problemas dejando pasar los días) derivó en dos posibilidades: o votaban y la Guardia Civil retiraba las urnas o votaban. Ambas opciones son beneficiosas para los independentistas, pues la foto estaba asegurada y el mensaje posterior iba a ser el mismo: queremos una consulta definitiva.
Los mensajes políticos de los secesionistas han sido varios, desde "España nos roba" hasta "nos niegan la democracia". Este último es el objeto de la publicación de hoy. Oriol Junqueras ha declarado en diversas ocasiones que lo único que quieren es votar, que es la base de la democracia. Ni mucho menos. La democracia no es solo ir a votar cada cuatro años para elegir a tus representantes, la democracia es ir a votar dentro de un marco legal que ampara esa votación, por lo tanto, votar sin un marco jurídico que ampare dicha convocatoria es ir en contra de la democracia. ¿Quiénes son los antidemocráticos, los que defendemos la legalidad o los que crean una paralela por que no les gusta la que existe?.
Lo interesante de los días siguientes son las palabras de Mas. Para él fue un éxito, pese a que se incluyó en el censo a menores de edad y a extracomunitarios, solo un tercio acudió el domingo a "votar". Dos de cada tres catalanes no participaron en el desafío secesionista y esto significa que la población catalana no es independentista.
Ahora es el momento en el que el Gobierno de España tiene que defender a todos aquellos ciudadanos que no son independentistas, la gran mayoría de los 7 millones de catalanes. Hay que mirar al futuro, lanzar mensajes de unión y, sobre todo, responder con contundencia y toda la Ley a los convocantes.
El problema de los catalanes no es que quieran irse de España, su principal problema es que tienen un Gobierno que no trabaja por lo que les preocupa de verdad: el paro, la corrupción, la deuda, etc.
No es tanto un mensaje patriota como el de "una España unida" lo que los catalanes quieren y necesitan oír, si no un mensaje de futuro como "Juntos mejor".